Las llagas del segundo premio II

Las noches inquietas son como ríos corriendo por dentro
las cunetas del resto inundadas de esperanzas
y mañana, que es hoy,
aparecerán los duendes a besar
la madera de la que estamos hechos
sorber del cristal la misma saliba que Ulises
chocar piedras hasta hacer saltar chispas
y hacer saltar las piedras...

no quiero volver a censar los huecos de la ausencia
son los que son y no crecen
no quiero vivir esperando milagros
se ven o no y yo nunca los vi antes

Aún si no hay salida
y las hojas siguen flotando al arribo de la dulzura
del río que no cesa
hasta perderse por completo
en la húmeda oscuridad de nuestra noche del alma...
un gato lame entresijos que son míos
y come del sol a mordiscos
y bebe de nuestra sangre
aquello que nosotros bebimos anoche de nuestra soledad
y las pesadillas salen del wáter
abriendo de par las llagas cerradas del segundo premio.