11/11/06

Extracto de la libreta de Agüelo

En la escarpa oriental se apeó y guió el caballo por una cama de tierra roja. Los enebros achaparrados y las zarzas que crecían a lo largo del borde se inclinaban ante un viento que había cesado hacía rato. Se sentó al sol y contempló la región que se extendía al este, la amplia cornisa y el llano con la ciudad reposando en su centro, que antes había sido un lecho marino, y los pequeños campos roturados y el maíz nuevo verdeando en las antiguas tierras de sus antepasados, y los campos de trigo mecidos por la brisa, por donde habían pasado los sacerdotes y los soldados y caído en el barro una y otra vez sus antepasados. Más allá del llano contempló las cadenas de montañas, una sobre otra en brácteas de azul donde el terreno aparecía desgarrado de norte a sur, sierra y barranco, esperando como en un sueño que el mundo llegara a ser, que el mundo pasara. Vio un solitario milano, o quizás un halcón, colgando inmóvil de un elevado vector que el viento había elegido para él. Vio el humo de una locomotora pasar lentamente por la llanura a sesenta y cinco kilómetros de distancia, rumbo al interior del país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sé exactamente cuál es ese sitio, un sitio del Aljarafe que también existe en tí.

Black Dog is thinking about you

Black Dog is thinking about you