30/11/06

Muy quieta me mira desde el recuerdo


Como una gata encelada se sube encima mi mente,
con ojos clavados a los míos que miran,
me trepa con sus piernas desnudas,
me clava las garras en la espalda de hombre
y en el cuello de toro sus colmillos felinos,
como una gata se queda callada, muy quieta, silente,
observando la nada, en celo de celos por su presa difícil,
esquiva y oscura y muy rala y astuta,
como una gata me caza, a pesar de mis glorias,
y ronronea a mis oídos helados de espuma,
me engatusa como una gata perfecta,
no soy más que un cobarde armadillo,
esperando que me rompan las bazas, coraza, y que ella,
animal que es de piedra por el deseo de tener,
devore mi seno y observe el temblor de su presa excitada...

Antes de eso, ver sumergir su cara de diosa en la nada,
forma de lo desconocido, esencia del singular ademo,
por el próximo correr de mi sangre; de su sexo; de su baba;
por el miedo a que ella, cazadora, sea devorada,
como una gata que gime sin que quiera decir nada
o germine su secreto de una forma avanzada, abrupta
y carnal, sedosa y malvada, desatando su pelo de gata
de ondas muy negras y llenos de lentos senderos,
más allá de su cuerpo ahíto de ritmos, colinas y luces,
cicatrices y pecas, batallas de noche e inviernos pasados…

Hipnotizante tu baile animal porcima mi cuerpo
Yo me rindo a tu sexo sin que quiera ser nada
Nada más que una farsa, un juguete de hombre,
Rendido en tus nalgas al sudor de tus huecos…

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Black Dog is thinking about you

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